Las punteras de seguridad son importantes componentes en un calzado profesional, pues tienen como objetivo proporcionar protección adicional al trabajador en su ambiente de trabajo cuando hay riesgos de caída de objetos pesados o cortantes sobre los pies, pisadas, patadas o topadas, así como de quemaduras por contacto con productos químicos.
Ubicadas en la parte delantera del EPI (Equipamiento de Protección Individual), debajo del cuero, las punteras de seguridad más conocidas en el mercado están hechas de acero o compuesta. Las dos opciones están disponibles en los productos de la marca Safetline.
Conforme a las normas técnicas ABNT NBR ISO 20345 (EPI – Calzado de Seguridad) y ABNT NBR ISO 20344 (EPI – Métodos de Ensayo para Calzados), para que sean considerados de seguridad, los calzados – y sus respectivas punteras – necesitan ser aprobados en pruebas de laboratorio contra impactos de al menos 200 J (joules) y de resistencia a la compresión de la boquilla de 15 kN (kilonewtons).
Es fundamental, por lo tanto, conocer estos requisitos para especificar correctamente el EPI según los riesgos de cada sector y, a continuación, proporcionar la protección adecuada a cada trabajador.
Tradicionalmente, las punteras de acero carbono SAE 1045 con pintura electrostática anticorrosiva están más tiempo en el mercado de Seguridad y Salud del Trabajo.
Por su parte, las punteras de composite, hechas a partir de la combinación de fibras de carbono, vidrio y poliéster especial, vienen ganando cada vez más espacio.
Tienen mayor costo, pero traen beneficios extras, entre ellos, mayor ligereza. Antes de formar parte del calzado, su peso es un 35% menor que el de las punteras de acero.
Sin embargo, cuando el EPI está listo, revestido por el cuero y el solado, el peso final entre los calzados tiene una diferencia de aproximadamente el 2,5%, porque el compuesto necesita más material para cubrir.
Otra de sus vantanges es que, por no tener componentes metálicos, no conducen electricidad y, por lo tanto, pueden ser utilizadas en ambientes con riesgo de choque eléctrico.
Además, evitan trastornos donde hay detectores de metales.